jueves, 6 de agosto de 2009

De paseo por el centro histórico “CAMPECHE”


Era Sábado y me levante de la siesta después de comer, y sin nada que hacer, el aburrimiento empezaba a llegar a mi mente, empezaba a desesperarme hasta que pensé, porque no me daba un paseo por el centro histórico de mi Ciudad “Campeche”, tal vez ahí podría encontrar algo que despejara mi mente y que además me divirtiera.
Y fue así como salí de mi casa camino al centro, llegando ahí mire y vi mucha gente en dirección al parque principal, y recordé que en en los fines de semana sierran las calles que se dirigen al parque y se hacen diversas actividades, lo primero que hize fue entrar a la hermosa Catedral y darme cuenta que aun cuando la tengo ahí diario no me había dado cuenta de su majestuosidad y sobre todo de la historia que trae consigo, las señoras haciendo rosario y los turistas tomando la mejor foto de un santo que tal vez nunca habían visto, es ahí donde dije ¡esto es una maravilla de Campeche!, después salí del recinto religioso, y me dirigí a comprarme un heladito de Coco, que rico y refrescante lo sentí, pues el calor era insoportable. Me dirigí a darle una vuelta al parque y vaya sorpresa cuando una señora grito – “el borracho”- y yo volteando asustado mire a todas partes y lo único que encontré fue que aquella dama tan solo cantaba las fichas de la tradicional “lotería campechana”, en ese momento se me vino la imagen de mi abuelita jugando con sus 8 cartillas, muy atenta para que ninguna figura se le fuera a olvidar, y es ahí donde pensé “que lindas son las tradiciones de mi Campeche”.
Se empezaba a hacer más tarde, y antes de que serraran, decidí entrar al museo de la casa 6, miraba su estructura de tipo colonial, sus muebles, sus colores y sobre todo el recuerdo de los años dentro de varias paredes que reflejaban la belleza de una ciudad a la cual ya se le dio el título de “ Patrimonio Cultural de la Humanidad” por la Unesco, y es ahí donde en el marco de una Ciudad amurallada, a la orilla del mar y con muchas anécdotas de ataques de piratas, doncellas y caribeños se me vino a mi mente “que hermosa e interesante es la historia de mi Campeche”, y más lo pensé aun cuando salí del museo y mire lo bonitas que eran las calles de todo el centro.
Eran ya casi las 9:00 p.m, y mi estomago empezaba a ronronear señalándome, que tenía hambre y no podía esperar más, rápidamente di otra vuelta y me encontré un puestecito, una señora pregonaba unos muy apetecibles tamales y unos muy bien servidos panuchos, que sin duda a la primera se me antojaron y no podía dejar de probar, los pedí y les eché la picosita salsa de tomate, que rico estaba, cada bocado me recordaba “lo diversa, rica y sobre todo hogareña que es la gastronomía Campechana”, igual no podía dejar de pensar en el sazón que tiene mi mama y mis abuelitas, sin duda es un sabor familiar el que le dan a la comida. Termine de comer mi tamal y mis panuchos, y enseguida mire a un lado y me di cuenta que había un viejito vendiendo unos frailes de coco y un budín que se veía delicioso, de prisa fui y me compre uno de cada uno.
Sentado en el parque y disfrutando de mi fraile y mi budín, miraba a los niños corriendo, la gente dándole de comer a las palomas que se paraban en él, y a los turistas admirando nuestra ciudad, sin duda me llené de orgullo y enseguida y sin dudarlo me le dije a un señor que se encontraba sentado junto a mi “que hermosa, cálida y sobre todo divertida es la gente de Campeche”, y el me contesto, así como tu un día me dije lo mismo, y lo único que tuve que hacer es venir un rato a pasear a este maravilloso centro histórico que es un bello espejo de lo que es Campeche; es ahí y donde me di cuenta que tanta razón tenía el señor al decirme eso, y reflexioné que lo único que tuve que hacer para darme cuenta de cada una de las cosas que pude observar es dedicarle un tiempo a esta bella ciudad, que es nuestra, que es de México, pero sobre todo que es de nuestros corazones.

Armando Flores Montejo


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