lunes, 27 de julio de 2009

BORDADO EN LA PIEL


Este espacio es para recordar a la mujer campechana del pasado, aquella que con porte y esmero lucía el traje típico de su tierra; mujeres que estrenaban un ajuar cuatro veces al año y que ahora estrenan un vestido tantas veces lo desean. La mujer campechana quienes antes vistiera de huipil, bordado de hilo negro en cuello y mangas que la hicieran lucir el atuendo que normalmente representaba las flores de cebolla y calabaza, o detalles característicos de su tierra y que hoy en día ha olvidado la importancia de llevar la ropa y en el alma el sentimiento de ser campechana.
El mundo cambia y la cultura con el también, lo que no se borra son las raíces, y es que no podemos olvidar que la tierra en que hemos nacido se lleva bordada en piel tal cual el traje típico lleva bordado las murallas, la mujer que portaba galante la saya, quien tuviera un movimiento cauteloso con los holanes, mostrando siempre la imagen de limpia e impecable, detalle que ha dejado de cuidarse, ha dejado a un lado la delicadeza con la que mira, siente y se toca.
La campechana actual tiene pena, siente miedo de portar su traje con orgullo, no se siente capaz de representar a su tierra, y no hablo de salir a recorrer las calles con su blusa de bordados preciosos y una falda que cubra sus tobillos, sino del traje que se lleva por dentro, ese que no se abandona en un ropero, el traje de ser un orgulloso campechano, de conocer y aprender cada día más sobre sus costumbres y tradiciones y ser capaz de transmitirlos.


Priscila García Luna

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